Lectores

sábado, 29 de octubre de 2011

La risa.

Quizás no importe, quizás si....
Tal vez a otro alegre, así...
Y , por si acaso aqui estoy, sonrisas es lo que yo doy.

El día, que lo nuestro acabe.

Tenemos algo. Algo más alla de lo que piensas, percibes, o sientes. Es algo bonito, algo puro, algo que sonríe, y me causa un reflejo inmediato entre mis mejillas.
Se que habrá un día, en que jurare que lo nuestro, que eso bonito dejo de existir. Todo tiene un fin. Allí es donde me muestro en contra de los finales. Porque si esto me hace sentir así, tan felíz, porque tiene que terminar?.
El día que te vallas, que tal vez sienta que me hiciste daño, recordare lo bueno de ti. Todas las sonrisas que protagonisastes, todas los abrazos que me imaginaba recibir, todos los consuelos, los momentos mágicos, los detalles, y lo que tu creistes poca cosa. Todo lo que me hayas entregado, y que haya sido de valor para mi, lo juntare y vivirá en mi recuerdo, en mi gracia, por ti.
Se irán muchos de mis sueños contigo, ya que junto a ti comparti mis colores, y dibuje muchas cosas, en forma de anhelos, que con tu compañía, me hacía la idea de tocar con mis dedos.
Me tenías en alto, volando entre nubes. Nunca creí más realizables mis sueños, que estando junto a ti.
Sera difícil vivir por un tiempo. Porque quien te olvida así de  fácil? Yo no.
Quiero que tu también recuerdes, lo mucho, o poco que te dí de mi, y perdona sí no te hice saber lo importante. Que más que quererte, te amo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Pensamientos ♥

Se une mi tristeza , con el sonido de la lluvía, que enmudece la entrepitosa discusión de mis emociones. El olvido, le pide al amor, que te olvide, y este no desaprovecha la ocasión de quedar con la razón, y le responde, que lo que uno siente no se olvida, y que el amor verdadero permanece intacto.
Solo imaginame sentada, inmersa en pensamientos, teniendo de fondo músical el caer de la notas. Imaginame amandote y extrañandote.
Imaginate imaginandome que te tengo a mi lado, y que eres más que una imagen de procedencia ilusiva en mi mente. Imaginame queriendo decirte que te quiero como nunca lo he hecho.
Más allá, llego a sentir pesada, eterna e infinita ansiedad, que no disminuye, ni se alimenta de el recuerdo de la sensación de tus abrazos. Minutos, más largos que una hora , se asimilan errantes en mi rejoj interno, donde el pesar se extiende y la felicidad se acorta. Mucho ruido alrededor, solo me produce mayor confusión.
Más alla de sentirme aturdida, no logro encontrar mi exilir de la paz. Queriendo desear que tu mismo me confirmes, que puedo seguir viva, al menos por un instante más.
Aun mantengo en mi mente, que el amor que siento por ti, es limitado, pero aun así puedo intentar amarte más.

sábado, 1 de octubre de 2011

Lo que siento,no tiene nombre.

La tristeza me rodea. No hay recuerdos en mi mente, que la traigan a mí. Solo se que algo pasa dentro de mí.
En medio de canciones tristes, y mi pieza favorita de violín, mi alma se sensibiliza. Se rinde ante mis pesares internos. Aquellos que no son más, que frutos tejidos de dolor, de la amargura de la traición, del anhelo de una verdadera amistad, que solo se alimenta con hilos agridulces de ilusión.
Sorber las que dentro de poco serán lágrimas, que posaran en un rincón de mi mirada, y luego confundirán mis mejillas, con una par de colinas y se lanzaran a correr a sabana suelta sobre ellas.
Mis palabras no se escuchan si las pronuncio. Solo muy dentro de mi, logro escuchar una voz, que es la mía, y que me suplica olvidar la algarabía de mi alrededor.
Mentirte me duele, cuanto más, cuando pones tu confianza en mi. Ahora bien, pienso en ti, por eso ahorro que desperdicies  palabras que no calman mi pesar, que se esfuman,cuando el orgullo nace de un lugar que desconozco.
La noche sera eterna. Mis lágrimas lucen limpias, pero salan mi melancolía. Listan están, para con su apariencia cristalina presentarte donde siempre, y empezar a desfilar de dos en dos, hasta que no quede una, hasta que no pueda más.
Mi almohada húmeda y salada, cual agua de rosas, luego rejuvenece mis cicatrices a causa del dolor, que entro por la puerta sin pedir permiso, y dejandome sin habla, me invito a cruzar el puente interno de un sentimiento sin motivo, que sin remordimiento alguno me arrebato mi felicidad de azúcar, y que a penas empezaba a saborear.